17.1.11

Viviendo en Puquio - Perú

Bebiendo de la cultura milenaria de mis antepasados...


Después de mi viaje por los alrededores de Puquio en esta primera visita que habíamos realizado con los nuevos atentos y amables amigos, allí conocidos; acepté la propuesta de trabajo: Ser la conductora y directora de un programa de noticias en la Radio. No podía negarme, de ninguna manera; era parte de mi crecimiento profesional. Tenía muchas expectativas.
En Ica, hacía como 8 meses antes que había sido despedida del Canal 9 y después había culminado mi contrato en RTP Canal 7, el canal de la competencia; donde había continuado con mi labor reporteril. Había llegado la hora de salir a buscar nuevos horizontes, y Radio Horizontes sería mi nueva casa.
Llegué a Puquio con una maleta muy grande conteniendo ropa muy abrigada, corría el mes de setiembre y me quedaría hasta diciembre, todo estaba resuelto por el momento. Después Dios diría.
Adecuarme a la vida de Puquio, no fue nada difícil; tenía amigos y el trabajo me permitía hacer más, en pocos días conocía y me conocían, por donde fuera, siempre llamaba la atención y no pasaba desapercibida, por que mi negro color siempre resaltará mi presencia donde quiera que me encuentre.
Las noticias eran cálidas noticias donde informábamos de los acontecimientos más comentados y los que no llegaban a este nivel, nosotras nos encargábamos de darle el nivel noticioso; éramos muy profesionales. Nuestro objetivo fue escuchar y comunicar a los representantes de Puquio, lo que el pueblo deseaba para su progreso, nadie fue rechazado de opinar, todos eran bienvenidos. Luchábamos por los derechos de los más necesitados. Y ahora ya éramos dos.
Mi amiga Aracelly, había renunciado a su trabajo para sumarse a la lucha del pueblo que pedía mejoras en sus servicios; como cuando juntas decidimos investigar la calidad del agua potable que bebíamos y que en los caños de nuestras casas era de color gris, que pasaba allí?
Al llegar al reservorio de agua, y después de poner en práctica nuestras habilidades deportivas para escalar las paredes que estaban rodeadas de cactus; ingresamos a un mundo de colores que nunca antes habíamos visto: La degradación del negro estaba ante nuestros ojos.
Con esta y otras denuncias, el alcalde del pueblo llegó hasta nuestra cabina para explicar las grandes obras que su gestión construía para mejorar las condiciones de salubridad del agua potable, pero no fue suficiente su compromiso: Unos meses después, depondría su cargo. Razones políticas- dijo, siempre sucede.
Habíamos llegado al mes de Diciembre y mi contrato no sería renovado por mutuo acuerdo, yo debía seguir haciendo camino y Puquio me había llenado de grandes experiencias. Había participado en el concierto del grupo más famoso del momento y había conocido a sus integrantes, ellos eran de Puquio; compré su cassette y me aprendí todas sus canciones. Conocí la laguna de aguas termales de Gironto, ohhhh maravilla!!!, el agua caliente con olor a azufre corría por los canales en la pampa donde sólo crecía el ichu. Después de colocar huevos para que se cocinen tomamos un baño de agua caliente como había hecho el Inca; siglos atrás cuando se dirigía desde Cusco hacia la costa peruana. Me había mimetizado con las comunidades andinas en el aniversario de una agencia de promoción agrícola, trabajando con ellos en la construcción de andenes al ritmo de sus canciones y bailes; para terminar bailando en el estrado los carnavales y huaynos de la provincia. Había sido adoptada por ellos y compartieron sus costumbres, comida y bebida con nosotros.
Hasta siempre, Puquio, querido!