Siempre cuenta el tiempo en el aprendizaje de nuestra vida...
Los seres humanos somos una especie maravillosa que puede recordar todo lo que ha sucedido hacia un tiempo atrás, cuando nos referimos a aquello que ha quedado registrado en nuestra mente como algo pasado, como algo que nunca más volverá a vivirse como igual, por más que las circunstancias sean semejantes y muy parecidas. A eso le llamamos Ayer, a ese tiempo lo conocemos como El Pasado.
Pero para decir que el pasado existe, tenemos que estar seguros de que estamos viviendo en tiempo real, en tiempo presente, es decir, estamos conscientes del Hoy, de ese tiempo que demanda nuestro tiempo, del aquí y ahora; en poco espacio del tiempo, porque si no habrá quedado otra vez en el Ayer.
El Hoy, es ese tiempo en el que nos regodeamos, reímos y respiramos, tomando cada minuto como único porque si lo dejamos pasar se habrá convertido en pasado.
No es fácil aceptar que estos tiempos son nuestra responsabilidad y que nosotros somos los únicos que sobre ellos tenemos el control. Quien decide el tiempo somos nosotros, y no hablamos solo del tiempo físico, ese que empieza cuando las manecilla del reloj marcan las 00 horas de un día para terminar a las 24:00 horas.
Cuando me refiero al ayer, hoy y mañana, me refiero a las decisiones que hemos tomado para organizar y alcanzar los compromisos asumidos.
Si no vivimos el ahora, el presente, ese día la que nos levantamos llenos de ansiedad para realizar las mil y una cosas, que siempre nos quedan por hacer; porque decimos que el tiempo no nos alcanza, pero que se convierte en las energías y en las excusas para iniciar un nuevo plan en el siguiente día.
Y es que no hay más dicha que el pensar en el futuro, en ese tiempo que promete llegar y que nos permite alcanzarlo, en una carrera que nos permite evitar y luchar contra cualquier obstáculo que amenace con detenernos, porque hemos esperado tanto tiempo por él que se ha convertido en nuestra eterna y mágica motivación para vivir cada día.
El futuro siempre será el tiempo de la poesía y el poema de la esperanza que nos augura muchos parabienes en nuestra existencia. Confiemos en él y en todos los tiempos que nos quedan por vivir, siempre serán exitosos si nos hacemos conscientes de ellos.
Pero no olvides que el tiempo del ayer se esfumó entre las manos abiertas, el hoy es el hálito de aire que dejamos salir de nuestras manos y el mañana es esa magia del tiempo que nunca llegará porque siempre estará dos pasos antes que nosotros y que se convierte en reto eterno de correr tras él con la única motivación de alcanzarlo y hacerlo nuestro; para finalmente darnos cuenta quizás que el futuro de dejará atrapar sólo cuando se haga consciente de que ya no nos quedan muchas fuerzas para jugar con y en él.
El Tiempo vale Oro y en nuestras manos
y en nuestra vida siempre será ... Un Eterno Tesoro.