No es importante vernos en la edad cronológica que esté pasando debajo de nuestros pies; porque es mejor lo que hemos caminado y aprendido en el trayecto.
No hay arrepentimiento en lo que hemos transitado aunque a veces pensamos que hemos perdido el tiempo cuando las ganas empiezan a abandonarnos y los años nos van pasando factura. Cuantos no quisiéramos tener la experiencia de ahora pero con años menos. Pero el tiempo no espera, es el mejor de los amigos y también el peor de los enemigos.
La confianza y la estima es lo que nos dará la nota aprobatoria para continuar sobre las rieles de las que nos valemos para llegar a obtener los logros, esos que motivarán una vez más no esperar el tren en la estación, sino que nos encuentre caminando hasta alcanzarlo en la otra. No hemos desperdiciado el tiempo, porque hemos disfrutado del paisaje, del viento y del sol mientras hacíamos a pie el viaje.
Porque; no hay mejor tiempo de este que estamos viviendo...