MI PAIS EN ROJO
Ha pasado el tiempo y no logro hasta ahora entender
la actual situación política, económica y social que vive mi país. Este caos,
deficiencia, ineptitud, falta de profesionales y vergüenza ajena en el teatro
que representan cada día los medios de comunicación vendidos al mejor postor
que proponen telenovelas para manipular las opiniones y desinformar a la población
que está más interesada en la vida personal de los pseudos artistas y/o
políticos porque ambos son lo mismo.
Cada día reviso mi vida como las noticias que
pasan en el Perú y Latinoamérica. Es que finalmente somos uno solo, pues eso siento
como parte de la migración, soy parte de este movimiento y cuando me encuentro
con otras personas en la misma situación de migrante que yo puedo leer la
nostalgia por el alejamiento de la tierra que los vio nacer, pero también la
resignación por el no retorno porque las condiciones laborales, educativas, de
salud, económicas, y demás…. no han mejorado.
Qué
haces cuando ves que la educación no existe en el nivel que necesitan los
jóvenes de hoy en día, donde todo es efímero, con una huelga de docentes que
tiene más de dos meses en los que los derechos laborales quedan relegados a
caprichos de algunos dirigentes. Cuando los congresistas buscan beneficiarse
personalmente usando la política y donde las leyes están hechas para favorecer
a los amigos, con puertas y ventanas exactas para salir corriendo; porque hecha
la ley hecha la trampa. Que haces cuando ves que las expectativas sobrepasan lo
actuado por un gobierno totalmente inepto donde solo encuentras a contados
profesionales y el resto es más de los mismo, apellidos de difícil
pronunciación y sin capacidad para resolver los diversos y difíciles problemas
de la nación. Que haces cuando te cruzas
con personas que como tu hoy son migrantes en un país que no tiene la capacidad
de atender las necesidades de sus propios connacionales, ahora imagínate que
oportunidad pueden darles a los hermanos de Venezuela que llegan con deseos y
esperanzas dejando a sus familias y toda su estructura social y profesional,
para salir a buscar el sustento y trabajar en lo que sea posible, la
tranquilidad de levantarte y contar con un día más en la vida; dicen.
Retornar a tu país de origen; pero no lo has
logrado aún. ¿Porqué?, Qué te hace falta? Y te consuelas diciendo que en tu
país, hay tanto por hacer!!!!.
Decisión; gesticulan algunos.
Pero, no es tan simple como eso. Cuando ya has
experimentado que la corrupción en tu país no termina sino que se transforma,
cuando las fuentes de trabajo son ocasionales, según el presupuesto que maneja
el gobierno de turno y las plazas laborales tienen que repartirse entre los
amigos del actual gobierno y de los funcionarios de otros grupos políticos que
todavía están vigentes en el sistema, cuando por salud necesitas acudir a un
centro de salud público como Essalud, donde la vida no vale lo que te cobran,
sino lo que sus profesionales pueden hacer humanamente incluidos los errores
que cometen por desidia o por agotamiento en el servicio que realizan. Si te
ves obligado a asistir a un Hospital Público (porque no te alcanza para pagar la
atención en una clínica privada que por cierto, es imposible de pagar sus
costos), te recomiendo armarte de toda la paciencia posible y tratar de
concentrarte en algo o alguien que te permita pasar el tiempo que debes esperar
a ser atendido, casi como cuando acudes al consultorio de la Dra. Wirecky en
Hamburgo (lo digo porque al ser una de las pocos médicas que hablan español,
todos acudimos allí y saturamos las citas y atenciones diarias; pero nunca nos
vamos sin ser atendidos así lleguemos un poquito tarde y es que también
entienden nuestro retraso).
Volvamos a la salud de nuestros países en
desarrollo, es decir a los avances que pueden haberse dado en el tiempo que
hemos permanecido fuera de él y que creíamos que ya se habían superado. Cuando
permaneces más de tres meses y tratas de adecuarte a su sistema, suspiras y
pides ayuda a Dios para no desmayar en el intento y es que todavía te queda una
esperanza de encontrar eficiencia en los servicios que requieres solucionar.
Y no cometas el error de compararlo con el
sistema en el que vives y al que tampoco te terminas por acostumbrar. Porque
entonces volverás a sentir el vacío en las manos y las lágrimas en el corazón,
te envolverá ese sentimiento de desprotección, abandono e inseguridad y
volverás a preguntarte si hiciste bien en salir de tu país o de querer regresar
o finalmente; aceptar que deberás ser consecuente con tus decisiones porque te
das cuenta que ya no eres de aquí, ni eres de allá.
Quizás tengamos que vivir como dice la letra de
una canción…. No soy de aquí, ni soy de allá. No tengo edad si porvenir,… y ser
feliz es mi color de identidad.
Lo importante es que donde decidamos permanecer
seamos felices lo más posible y quedémonos impregnados de nuevos conocimientos,
experiencias, nuevos amigos, nuevas culturas y nuevos idiomas. Compartamos la
solidaridad, la comprensión para con los que todavía no han entendido que el
mundo es uno solo y la vida también. Ayudemos en la educación, no es suficiente
tener un título profesional o universitario. Educar es más que eso, es respetar
a los demás no por lo que tienen sino por el buen ser humano que es.
Otros dirán: No serás profeta en tu propia
tierra y eso también es verdad. Por eso embarquémonos en aventuras de amor,
respeto y protección con la naturaleza desde donde y como nos encontremos.