18.1.11

Viaje a Pampas Galeras - Perú Parte 2

Al día siguiente...


Las actividades, comenzaron con una caminata hacia las cumbres donde podríamos visionar toda la extensión donde finalmente íbamos a filmar.
La caminata resultó muy interesante por que aprendimos de las plantas silvestres la mayoría con espinas como los cactus que mostraban sus flores de época invernal pues corría el mes de junio. Al llegar a la cumbre  de uno de los cerros más altos que tenía la pampa y donde ondulaba orgullosa la Bandera del Tahuantinsuyo, y donde a sus pies nos tomábamos la foto del recuerdo junto a los amigos, pudimos observar como la gente que participaba de esta fiesta y que había viajado como nosotros a vivir esta bella aventura, corrían unidas con sogas, cintas de colores y agarradas de las manos aún cuando algunas personas caían desmayadas por la falta de aire y el mal de altura, sumado a la gran actividad deportiva que demanda correr a 3800 msnm.; cuando el organismo no está acostumbrado.
Apenas comenzábamos a descender, cuando escuchamos los truenos que comenzaban a sentirse cada vez más cerca precedidos de nubes oscuras que amenazaban con abrir sus puertas y descargar sobre la pampa y nosotros incluidos toda su actividad atmosférica, a los pocos minutos comenzó a llover y pocos segundos después empezaba a granizar, es poco; no será un problema -dijo el joven guía que acompañaba al grupo.
Corrimos todos hacia el lugar de la ceremonia donde ya el público se agrupaba cada vez más y participamos en los últimos metros del entusiasmo que demanda reunir a las vicuñas, tratando de encerrarlas y guiarlas hacia los corrales de alambres que se habían construido y que albergarían a las vicuñas, mientras durara la ceremonia del Chaccu.
El normal desarrollo del evento acrecentaba mis emociones que daba la sensación de querer salírseme el corazón del pecho. Estaba tan emocionada de todo lo que acontecía a mi alrededor que no quería perderme ningún acto, los campesinos entregan sus ofrendas: Un joven y una joven vicuña, las más bonitas del rebaño, fueron puestas en el altar de piedras que se había erigido para la ceremonia. El maestro, es el encargado de pedir al Dios Sol que aumente la crianza de las vicuñas, acto seguido corta un pedacito de oreja de la pareja de vicuñas, mezclando las sangres de uno y otra, acto que representa la fertilización y reproducción de la producción ganadera.
La sangre que brota del corte hecho en las orejitas, se recoje en un vaso que contiene aguardiente, el maestro bebe esta mezcla que acompañada de la hoja de coca y cal la pasa de mano en mano entre el público que está al pie del estrado y que también puede beber un poco del líquido que dicen; asegurar la fertilidad en el hombre o mujer que lo toma.
Estaba embargada de emoción cuando un campesino puso ante mi, el vaso conteniendo el líquido de color rosado e invitándome a beber la mezcla, en contados segundos yo acercaba, tomaba y devolvía el vaso en el que había rozado los labios en el líquido rosáceo sin siquiera saborearlo, seguidamente; sentí la mano del campesino que manchada de sangre de las vicuñas coloreaba de rojo ambos lados de mi cara; apenas podía reponerme del mágico momento. Mi sueño se había cumplido, yo lo estaba viviendo en carne y hueso y nunca más nada ni nadie lo sacaría de mis recuerdos.
La lluvia había ido aumentando me devolvió a la realidad, ya comenzaba a granizar, los truenos se escuchaban sobre nosotros, había que terminar con la ceremonia y correr a los buses que nos llevarían de regreso al poblado.
Todos corrimos por el campo que se iba tiñendo de blanco por el granizo y nieve que arreciaba cada vez con más fuerza. Para mí el frío aún era soportable a pesar de tener la chaqueta, los guantes, el pantalón y los zapatos mojados como todos los demás.
Todos teníamos en los ojos un brillo especial y el corazón lleno de calor y alegría, en forma ordenada nos sentamos a comer sopas y mates calientes que los pobladores habían preparado para todos los visitantes.
Yo aprendí a amar cada viaje. Nunca ninguno fue igual a otro, siempre son diferentes, pero; siempre llenan ni espíritu con nuevas aventuras que deseo seguir viviendo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Maribel Atoche amiga está lindo tu blog, me encantan las crónicas. yo tengo uno, pero sólo de fotos. aquí te envío el enlace:http://nonsoloflowers.wordpress.com/