La Patria espera por una participación activa de cada uno de sus ciudadanos...
Con marcado interés siempre he dedicado un tiempo para informarme y actualizar mi búsqueda noticiosa sobre mi país. Perú, en estos últimos 3 días está viviendo y escribiendo una nueva historia que quedará impresa en las páginas de nuestra historia política y social.
Las elecciones presidenciales de un país siempre despiertan pasiones que se encuentran con los más suigéneris sentimientos humanos que sienten aquellos que participan en esta definitiva y crucial decisión. Votar para elegir a la persona que será la encargada de dirigir nuestro país con todos sus hermosos elementos que trae, alberga y lleva dentro.
No es fácil para el elector, ir a depositar su voto que se sumará a los otros cientos, miles y/o millones de personas que piensan y actúan como él o diferente de él, pero que comparten la misma voluntad; de que su voto sea contado y tomado en cuenta para cuando el que resulte ganador de esta actividad política transitoria, represente y cumpla con los ofrecimientos que dijo podía convertir en realidad.
La elección al más alto y noble cargo como la de dirigir nuestro país, está basada sólo en la confianza y en la creencia que tiene el ciudadano en la persona que se ofrece para administrar la nación.
Creo que no podemos ni debemos traicionar más; estos hermosos sentimientos de honestidad y capacidad que nos entregan para ocupar un determinado puesto; sea cual fuere, en la que la patria o la vida nos brinda la oportunidad.
No deseo ver más en los ojos y en los corazones de los creyentes en los distintos sistemas políticos que hoy se promueven en el mundo como una alternativa a buscar y dotar a sus seguidores de un mejor nivel de vida dicho entre comillas; otra vez llenos de frustración. El hombre no necesita de estos sistemas políticos o económicos para ser feliz, por que él mismo se los provee cuando recurre a su capacidad e inteligencia para alcanzar lo que necesita para vivir, para ser feliz y hacer feliz.
Es doloroso describir que la desilusión se ha instalado desde hace mucho tiempo en nuestros corazones, por la conducta que han mostrado aquellos en los que un día elegimos con total convicción, creyendo que sería mejor que otros y con la esperanza de retomar el valor de la confianza para creer en nosotros mismos otra vez.
Yo no deseo escribir sobre las opiniones deficientes que algunas personas puedan tener de nosotros, por que finalmente lo que expresan es un poco de lo que ellos piensan de sí mismos.
Lo que yo quiero decir; es que dentro de dos meses, cuando vuelvas a confiar tu voto para elegir a quien crees que tiene todos los valores y capacidades para que nos represente, lo hagas con total convencimiento escuchando los latidos de tu corazón que sabe plenamente identificar a quien esté delante de ti. Decide elegir con total responsabilidad; confiando en que estás haciendo lo mejor que puedes hacer y que si más tarde descubres que te equivocaste en decidir, no te sientas mal porque aún tienes una nueva responsabilidad: Tendrás que aprender la experiencia para que no vuelvas a sentir esa sensación de que el país está así porque colaboraste con una equivocada elección y con tu indiferencia mostrada.
El Perú nos necesita desde donde estemos, por que él existe sólo por nuestros sentimientos, se hace grande y fuerte cuando nosotros lo acompañamos, para que compita y asuma retos que lo ponen en el camino del desarrollo social, económico, político pero en especial humano. Un país no es sólo el terreno donde ponemos nuestros pies al caminar, nuestro país somos nosotros mismos y aún no terminamos de entenderlo. Cuando lo dejamos solo y en manos de quienes no son tan inteligentes y nos demuestran su poca o nada capacidad, es que hemos elegido abandonarnos a nosotros mismos, permitiendo la falta de respeto y de dignidad que tiene todo ser humano y cada país.
No olvidemos que nuestro país somos nosotros mismos.
Decide Tú, decide bien... Yo también te quiero Perú!
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